Esteros de FarraposMágico humedal

Entre la forestación y las actividades agrícolas y ganaderas del departamento de Río Negro se esconde una joya de la naturaleza: el Parque Nacional Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay. Junto con el área protegida Esteros y Algarrobales del Río Uruguay, este enorme sistema de bañados, pantanos, islas, montes y matorrales alberga una riquísima biodiversidad que lo hace único en el país.

A 320 kilómetros de Montevideo se encuentra uno de los secretos mejor guardados del Uruguay: 20.205 hectáreas de un paraíso terrenal que esconde –entre las aguas del río Uruguay, sus islas, los esteros y el bosque ribereño– una de las mayores riquezas de biodiversidad de todo el país. El Parque Nacional Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay es un espacio mágico donde conectarse con una naturaleza casi virgen es posible.

 

“En Uruguay, Farrapos es un ‘hotspot’ desde el punto de vista de la biodiversidad en términos de ecosistemas y de especies ahí representadas”, apunta Lucía Bartesaghi, directora de la División Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma).

De las 473 especies identificadas en la base de datos de Farrapos, 179 están catalogadas como prioritarias para la conservación en Uruguay.

Esta fue una de las principales razones por las que en 2008 se convirtió en la segunda área en entrar al SNAP, luego de La Quebrada de los Cuervos en Treinta y Tres (también incorporada ese mismo año). Hoy, a 10 años de la creación del SNAP, son 15 las áreas dentro del sistema.

Esteros de Farrapos es un espacio único en el Uruguay donde es posible encontrar plantas y animales que no existen en ningún otro lugar del país. El río Uruguay es la gran llave que abre este tesoro. “El río es un gran conector con zonas más tropicales de Latinoamérica y, por lo tanto, ahí existe una vegetación y fauna con influencia de esos lugares que no se hallan en otras zonas del país”, explica Guillermo Scarlato, gerente del Área de Ecosistemas del Mvotma. Así, este Parque Nacional es, por ejemplo, el único sitio del Uruguay donde hay registros del aguará-guazú. También conocido como lobo de los esteros o lobo de crin (Chrysocyon brachyurus), este es el cánido más grande de América del Sur presente en Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia y Perú. Para la Dinama, el aguará-guazú es considerado una especie prioritaria amenazada e, internacionalmente, figura en la Lista Roja de especies en peligro de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La vegetación de Esteros de Farrapos también cuenta con especies de bosque ribereño que solo están presentes allí. El ingá (Inga uruguensis), un árbol autóctono que crece de 10 a 12 metros de altura prácticamente dentro del agua y se adapta a las inundaciones, es la más representativa.

El Parque Nacional tiene dos puntos de entrada: desde San Javier para una experiencia por los senderos en el estero, o por Nuevo Berlín para una aventura fluvial navegando por el río.

Entre los diferentes paisajes que van dibujando el río, las islas, los pantanales y el bosque nativo es posible encontrar otros magníficos animales como el puma (Puma concolor), el gato montés (Leopardus geoffroyi), el lobito de río (Lontra longicaudis longicaudis) y las populares mulitas (Dasypus hybridus). Algunas de las aves más llamativas son el chajá (sí, la que inspira el tradicional postre uruguayo y que en esta zona anda en bandadas de hasta 150 ejemplares) y la espátula rosada (Platalea ajaja), pariente de las garzas que pinta de colores la ribera.

En total, Farrapos es hogar de 179 especies de fauna y flora catalogadas como prioritarias para conservación en el país: 19 especies de mamíferos, 48 de peces, 10 de reptiles, 48 de plantas vasculares, entre otras.

MANOS A LA OBRA
El gran desafío de esta área es su entorno. Al ser el litoral una zona de largo e intenso uso agrícola y ganadero –y más recientemente forestal–, estos ecosistemas tienen como principal reto el verse absorbidos o afectados por la actividad productiva.

La invasión de especies exóticas es otra amenaza Muchas de las actividades de gestión están enfocadas al control de esta especie”, explica Bartesaghi. Adicionalmente, otro agente de presión viene del aspecto fluvial con las actividades humanas en la cuenca alta y media del río, en Argentina. Finalmente, hay presiones de carácter más local como la caza y la pesca que están un escalón por debajo del resto.

Desde el SNAP lo que se busca es trabajar un plan de manejo que, entre otras cosas, estudie y proyecte medidas para promover el buen estado de conservación de los ejemplares que se quieren preservar. “En el corto plazo de la implementación del SNAP, 10 años, hemos tenido que aprender desde cero: desde la creación del área protegida, la planificación, la implementación y ahora estamos en la fase de monitoreo para replanificar y ajustar la gestión”, dice Bartesaghi.

Por ejemplo, en Farrapos se ha regularizado el mecanismo por el cual los privados hacen uso del estero para pastoreo en base a un contrato firmado con el Mvotma y el pago de un canon. Bartesaghi explica que “el área protegida tiene un plan de manejo donde se zonifica. En una zona de intervención media se analizó si la ganadería afectaba o no los valores de conservación y se determinó un espacio del estero para uso pastoril”.

“El río Uruguay es un gran conector con zonas más tropicales de Latinoamérica y, por lo tanto,en Farrapos existe una vegetación y fauna con influencia de esos lugares que no se hallan en otras áreas del país”. Guillermo Scarlato, gerente del Área de Ecosistemas del Mvotma

HOMBRO CON HOMBRO
Al lado del Parque Nacional de Farrapos está el área protegida conocida como Esteros y Algarrobales del Río Uruguay (EARU). Esta es de propiedad de UPM e ingresó al SNAP bajo la categoría “Área de manejo de hábitats y/o especies” en mayo de 2016. “Esta es la primera área protegida del sistema cuya administración está a cargo de un privado”, explica Scarlato, quien considera importante señalar que la administración de un área es diferente a la propiedad de la misma.

En el caso de EARU tanto la propiedad como la administración son privadas; sin embargo, en el resto de las áreas del SNAP esto es variable. “En prácticamente todas las áreas del sistema el territorio es de propiedad privada, salvo por los caminos, escuelas y comisarías. Los privados son los dueños y no pierden ni la propiedad ni la administración. Pero la gestión de la figura de área protegida como tal sí la manejamos desde el ministerio y, en la mayoría de casos, en coadministración con gobiernos departamentales. Lo que hacemos como administradores es trabajar con los privados para ir conduciendo procesos que sean coherentes con los objetivos de conservación del área”. Un trabajo de negociación exigente.

Esteros y Algarrobales, al igual que Farrapos, es un espacio de gran biodiversidad. En las 1.550 hectáreas –que pertenecen al establecimiento forestal Mafalda de UPM– es posible encontrar bañados, algarrobales, pastizales, bosques ribereños y montes nativos. Según los entendidos, los blanqueales más fantásticos de todo el país están en este lugar.

Al ser Farrapos, y Esteros y Algarrobales espacios contiguos que comparten muchas características, necesidades y objetivos de conservación, se tiene una clara necesidad de trabajar de manera coordinada. “Lo que se acordó es que haya una coordinación muy estrecha entre las direcciones de las dos áreas y que las comisiones asesoras específicas estén integradas por los mismos actores para que los temas comunes se discutan de manera conjunta”, explica Scarlato.

“Desde la implementación del SNAP hemos tenido que aprender desde cero: desde la creación del área protegida, la planificación, la implementación y ahora estamos en la fase de monitoreo para replanificar y ajustar la gestión”. Lucía Bartesaghi, directora de SNAP

Esta comisión tiene un rol asesor y está integrada por organismos públicos fundamentalmente locales, propietarios, pobladores y organizaciones de la sociedad civil relacionadas al área. En ella se discute el plan de manejo y su seguimiento, entre otros aspectos. “Al trabajar juntos esto representa una oportunidad muy grande de desarrollar sinergias y articulamientos entre las dos áreas protegidas”.

DE VISITA
El ecoturismo en las áreas protegidas es de vital importancia para su conservación; uno cuida lo que conoce. Esteros de Farrapos tiene dos puntos de entrada: por su frontera Sur desde Nuevo Berlín o por su frontera al Norte desde San Javier. Las visitas desde estos dos lugares ofrecen aproximaciones bastante distintas, haciendo de cada una de ellas una experiencia única.

Desde Nuevo Berlín se tiene al río como protagonista: hay embarcaciones que ofrecen distintos paseos por el río Uruguay y las islas. Justamente allí, con una inversión del Ministerio de Turismo y fondos BID, se inauguró a fines del año pasado una estación fluvial para fomentar el turismo sostenible y la actividad náutica recreativa. Además, se pueden alquilar kayaks, bicicletas y canoas.

En la otra punta, 60 kilómetros hacia el norte está el pueblo de San Javier. Desde que en 1913 un grupo de inmigrantes rusos poblara estas costas, San Javier conserva tradiciones heredadas que son evidentes en la comida, los trajes típicos y hasta en las pintorescas matrioshkas de la plaza principal. En 2015 se refaccionó un antiguo galpón de piedra, y ahora se están terminando las obras de adecuación interna para que funcione como centro de visitantes. Desde aquí el turismo está más enfocado en lo que es el estero, donde se puede recorrer un sendero alrededor de unos pequeños blanqueales. Aunque la oferta turística aún es incipiente, la belleza natural de Esteros de Farrapos es suficiente como para dejar con ganas de más hasta al más férreo espíritu citadino.

La Convención de Ramsar (denominada así porque se realizó en la ciudad de Ramsar, Irán) es el acuerdo internacional sobre medioambiente más antiguo de la era moderna. Entró en vigor en 1975, y se propone conservar y promover el uso racional de los bañados y humedales de importancia global, mediante la designación como Humedales de Importancia Internacional o Sitio Ramsar. En el año 2004, incluso antes de ingresar al SNAP, el Parque Nacional Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay –en conjunto con el 41% del EARU administrado por UPM– fue declarado Sitio Ramsar. Esta denominación implica el compromiso de los gobiernos nacionales, en este caso el uruguayo, de adoptar las medidas necesarias para preservar el sitio y mantener sus características ecológicas. En Uruguay hay tres Sitios Ramsar.

Revista Forestal - Montevideo - URUGUAY - 24 octubre 2018