ganado area forestalInvestigación brasileña concluye que el ganado integrado a áreas forestales busca menos agua

Los resultados de investigaciones que involucran el comportamiento del ganado vacuno revelan que los animales criados en sistemas integrados con árboles frecuentan menos los bebederos en comparación con aquellos creados en sistemas convencionales a pleno sol.

Sao Paulo, Brasil

La producción de ganado en áreas forestadas busca menos agua, además se evitan situaciones perjudiciales en la producción de carne y leche como en materia reproductiva, son algunas de las conclusiones a las que arribó un estudio divulgado por Embrapa.

 

Los resultados de investigaciones que involucran el comportamiento del ganado vacuno revelan que los animales criados en sistemas integrados con árboles frecuentan menos los bebederos en comparación con aquellos creados en sistemas convencionales a pleno sol. La reducción alcanza 19 %, según el estudio realizado por el Instituto Brasileño de Investigación Agropecuaria (Embrapa) Pecuaria Sudeste (Sao Paulo). Se trata de una de las ventajas de la producción integral de la pecuaria con la forestación que Brasil está adoptando de forma integral, y que ya llega a casi 12 millones de hectáreas.

Uno de los responsables de la investigación en cuestión es Alexandre Rossetto García, quien trabaja en biotecnología de reproducción animal, e integra un equipo multidisciplinario que estudia la producción en vacunos en sistemas integrados y sistemas convencionales.

DETALLES DE LA INVESTIACIÓN.
Rossetto es orientador de la disertación de maestría de Alessandro Giro, de la Universidad Federal de Pará (UFPA), un veterinario que desarrolló la investigación sobre el confort térmico de ganado criado en sistemas integrados con la forestación.

En la investigación también se evaluó el comportamiento de los animales y la frecuencia con la que fueron a los bebederos y los extractos de sal mineral, aunque el consumo de agua en volumen no fue directamente medido. El trabajo de campo fue realizado de enero a junio de 2017 y la disertación fue presentada en julio de 2018.

El trabajo fue realizado por observación visual en campañas mensuales de dos días consecutivos, a lo largo de ocho horas al día. El equipo estaba a una distancia prudencial para no interferir con el comportamiento de los animales. El estudio constató que, en la tarde, el 87 % de los animales que estaban expuestos al sol fueron al bebedero. En el área sombreada, ese índice cayó al 63 % en el mismo período. La diferencia fue mayor en los meses de enero a marzo, cuando las temperaturas, en general, son más elevadas.

OPTIMIZACIÓN DE LOS RECURSOS NATUALRES.
En el área de trabajo integrado “donde están los árboles, buscamos también observar si los animales buscaban más los espacios sombreados o con sol. Medimos el tiempo en minutos en que permanecieron en el sol y en la sombra”, dijo Rossetto.
“Constatamos que ellos prefieren la sombra, independientemente del horario, afirmó.

Los animales que tuvieron la posibilidad de elegir entre el sol y la sombra pasaron más tiempo pastando, en ocio o rumiando bajo los árboles.

El animal que sufre el estrés por el calor reduce la ingesta de alimentos. “Cuando se refugia en la sombra, la carga térmica sobre el animal disminuye y tiene menos necesidad de disipar el calor, esto reduce la transpiración, minimizando la ingestión de agua”, explicó

Cuando se necesita disipar calor, el animal gasta energía en procesos no relacionados con la producción de leche o carne, o la reproducción. Según el investigador de Embrapa, la integración con medios forestales permite el uso más inteligente del recurso natural. El sombreado reduce la temperatura ambiente en hasta 5ºC, lo que es relevante para el confort térmico y el bienestar animal.

PRECISIÓN EN EL MONITOREO DEL GANADO.
Rossetto explicó además que la variación de 0,5ºC en la temperatura interna de los animales es bastante expresiva. Los termógrafos utilizados para medir las temperaturas de superficie de los vacunos son muy precisos, llegando a medir los centésimos de grados. Según él, dos factores influencian el bienestar animal: el microclima (conjunto de informaciones que puede ser evaluado con ayuda de estaciones meteorológicas) y las condiciones térmicas de los individuos en esas áreas.

Estudios más recientes han ayudado a la ciencia a levantar datos para monitorear el ganado. Embrapa Pecuaria Sudeste también ha obtenido informaciones sobre comportamiento animal gracias a adaptaciones de técnicas disponibles en el mercado. Los investigadores han trabajado en proyectos de ganadería de precisión, utilizando un sistema computarizado que identifica el desplazamiento, el ocio y la rumia a partir de collares con sensores acoplados, informó Embrapa.

De acuerdo con Rossetto, el comportamiento de los vacunos está muy relacionado con la interacción entre ellos y la ocupación del espacio. Las preguntas como “¿los animales aprovechan la sombra?”, o “¿en qué momentos del día prefieren las áreas sombreadas?”, ayudan a la ciencia a entender mejor las diferencias entre los sistemas integrados con árboles y la producción al sol.

CONFORT TÉRMICO Y CAPACIDAD REPRODUCTIVA.
La fertilidad de los vacunos también puede verse afectada por la exposición a altas temperaturas y a la radiación solar intensa. Cada vez que el ganado de carne o de leche aumenta su temperatura corporal, se desencadena una serie de consecuencias negativas.

Cuando un animal siente la incomodidad debido al calor, pasa a producir una mayor cantidad de cortisol, la hormona directamente relacionada con el estrés. De acuerdo con Rossetto, el aumento de la concentración de esa hormona hace que los animales se alimentan menos, lo que perjudica significativamente la producción. En un animal de carne, el crecimiento es menor y, consecuentemente, la productividad, señala.

Desde el punto de vista reproductivo, los altos índices termocorpóreos representan perjuicios al productor. Por ejemplo, cuando la temperatura corpórea de un toro aumenta, la temperatura interna de los testículos también sube. Esto hace que la calidad del semen disminuya. En la hembra, el proceso es similar. Cuando su temperatura interna aumenta, los ovocitos producidos son de baja calidad, impidiendo a menudo la fecundación.

En caso de que ocurra, el embrión exige condiciones favorables para su desarrollo y la temperatura ideal es una de ellas. El feto es altamente sensible a las oscilaciones térmicas y puede incluso morir precozmente, sin que los profesionales que acompañan la gestación perciban. Sin embargo, en situaciones de estrés durante la fase gestacional, el desarrollo y la funcionalidad de la placenta son perjudicados y el feto puede presentar malformaciones.

Nota de Redacción. Artículo en base a estudio de Embrapa. Los interesados en recibir más información comunicarse con el servicio de atención al ciudadano de Embrapa en www.embrapa.br/fale-conosco/sac/

TODO EL CAMPO - Montevideo - URUGUAY - 1 setiembre 2018TODO EL CAMPO - Montevideo - URUGUAY - 1 setiembre 2018