exportacion carneChina es una oportunidad inédita para el agro uruguayo

Las exportaciones no paran de crecer y hasta dónde avanzar solo depende de la capacidad de producción

Por Blasina y Asociados - Especial para El Observador
La jornada China, la oportunidad del siglo XXI, permitió confirmar el creciente valor de un mercado gigantesco
Las exportaciones de carne vacuna a China superaron esta semana las 100 mil toneladas en lo que va de 2018 y, seguramente, se ubicarán en 200 mil toneladas sobre el final del año, lo que confirmará a este mercado como el principal para este rubro, como en los últimos seis años. Y no es un hecho aislado. El crecimiento de China como importador de alimentos en general (y del Mercosur en particular) abarca cada vez más rubros y con una facturación cada vez mayor para Uruguay.

 

Tras 30 años de relación diplomática formal, las compras del gigante asiático no han parado de crecer y ese crecimiento se ha acelerado en los últimos seis años.

Si nada cambia radicalmente, la semana próxima comenzarán a efectivizarse las sanciones mutuas entre Estados Unidos y China, como consecuencia de las políticas proteccionistas del presidente Donald Trump que ha sancionado a varios productos de China, entre ellos el acero y el aluminio.

En el corto plazo el principal efecto de las turbulencias comerciales es un derrumbe en los precios de la soja, que se fue a los mínimos de los últimos 10 años. Pero, al mismo tiempo, consolida el mayor cambio en el comercio exterior de Uruguay en décadas: un socio gigante que puede comprar establemente prácticamente cualquier alimento que generemos.

El enfrentamiento con Estados Unidos no es menor en su magnitud –habrá sanciones por miles de millones de dólares para ambos lados–. Pero, por otro lado, no es solo el enfrentamiento entre las dos mayores economías del mundo, en lo que concierne a Uruguay es una oportunidad porque Estados Unidos es el mayor exportador agrícola del mundo y entonces la competencia en carne y granos puede quedar disminuida en el mediano plazo desde quien podría ser un proveedor principal para China.

China, la oportunidad del siglo XXI, una jornada esclarecedora
Una vez más la ganadería se posiciona como un sector estable y estabilizador de los sistemas. Y con un fuerte potencial para mejorar la facturación, porque según explicó Daniel Castiglioni, director de Castitrading, en la jornada China, la oportunidad del siglo XXI, organizada por Blasina y Asociados y El Observador el 22 de junio –la empresa que dirige Castigiolini coloca productos del agro uruguayo en China–, solo el 5% de la carne que exporta el país se destina al mercado de alto valor. Un segmento que tiene todo para crecer, porque crece la cantidad de chinos con alto poder adquisitivo.

Algo de eso ya está ocurriendo. En lo que va de este año el precio de exportación a China viene aumentando 12%, lo que contribuye a que tanto en las exportaciones totales como las destinadas al principal mercado crezcan tanto en volumen como en valor. No obstante, por ahora se mantiene por debajo del precio promedio de lo que Uruguay exporta, ya que China lleva mayoritariamente cortes del delantero.

China le ha dado más estabilidad a la ganadería que cuenta este año con precios del ganado gordo y la reposición mejores a los del año pasado y que está empezando una apuesta a aumentar la producción que demorará en expresarse, por la sequía del verano pasado, pero que ya se nota en una gradual reducción de la faena de vacas y un buen porcentaje de preñez a pesar de la sequía (ver en la página 4).

La ganadería se ha consolidado en estos dos años como un rubro sumamente estable y la presencia de China es fundamental para que eso sea posible. En este caso la oportunidad aparece consolidada y la pregunta que surge es dónde puede estar el techo para colocar carne en el país más poblado del mundo, con más de 1.400 millones de personas que están cambiando su hábito alimenticio y consumiendo cada vez más carne vacuna.

Un mercado que evoluciona
El ascenso de China como consumidor de carnes es el gran fenómeno de esta década. Históricamente los chinos fueron consumidores de carne de cerdo y en menor medida de pollo. Y fue para abastecer esa demanda creciente que empezaron a importar soja con la que elaborar las raciones para su producción interna de carne. Pero la expansión de la demanda y su diversificación cambiaron las cosas. Si la soja fue el gran cambio de la primera década de este siglo, la exportación de carne fue el gran cambio de esta segunda década.

La carne vacuna y la ovina pasaron a ocupar un lugar más importante en la dieta y ya no fue solo importar soja para ración, sino carne para consumir. Y además de la vacuna cobra importancia la ovina.

En el caso de la carne ovina, las exportaciones de Uruguay aunque mucho menores en volumen a las de la carne vacuna, también van en un crecimiento sostenido en los últimos años.

Las exportaciones de 2017 triplicaron a las de 2015 y superaron por primera vez los US$ 10 millones de facturación. Y en lo que va de este año superan a las de 2017 en 20% en volumen, pero en 60% en su valor.

De modo que tras un comienzo con compras de lanas, en la primera década de este siglo sumó a la soja y en la segunda década de este siglo se sumaron las carnes.

¿La década de los lácteos?
En la próxima década podría ser el turno de los lácteos. Hasta ahora las exportaciones de lácteos a China han tenido sus idas y venidas. Pero también en este año muestran un fuerte crecimiento que lleva a abrigar esperanzas de que las de lácteos sean las exportaciones que crezcan en la próxima década.

Este año apunta a ser el de mayores exportaciones desde 2013, y en algunos rubros, como la leche en polvo entera, ya se supera largamente a las colocaciones del año pasado.

En el caso de los lácteos el gran crecimiento es en las llamadas fórmulas infantiles, complementos alimenticios para las primeras etapas de la vida de los niños en los que los productos locales no generan confianza y se prefieren los productos importados. Pero, aunque en volúmenes pequeños, Uruguay logra colocar leche en polvo y quesos y dado que el consumo como en el resto de las proteínas se dispara, las oportunidades están.

Otros productos pueden llegar en el futuro. Vinos, aceite de oliva y nueces pecán son algunos de los productos posibles que en el mediano plazo pueden irrumpir. Especialmente dado que la población de alto poder adquisitivo crece en forma acelerada y Uruguay cuenta con un gran aliado, el fútbol, “la vía por la cual más y más chinos nos conocen”, explicó Castilgioni.

China es comprador de más que alimentos. Es uno de los sostenes de las exportaciones forestales, desde la celulosa a los pinos, y es un potencial revitalizador de la industria pesquera entre tantos otros negocios posibles.

Pero mientras se imagina lo posible, la oportunidad ya es real. Más de US$ 1.500 millones facturados cada año en el que se ha vuelto el principal destino de las exportaciones de Uruguay y que está en condiciones de comprar más, con tal de que lo produzcamos. l

Socio estratégico en un momento turbulento
Para Uruguay China es absolutamente estratégico, remarcó el canciller Rodolfo Nin Novoa durante la jornada China, la oportunidad del siglo XXI. Remarcó que un acuerdo de libre comercio es posible si se logra avanzar en el marco del Mercosur. Una movida individual de Uruguay sería el final del Mercosur “y nosotros no seremos los sepultureros del bloque regional”, precisó al respecto.

El relacionamiento y la corriente comercial con el principal comprador de productos uruguayos entra en una nueva fase la semana próxima. ¿Será una amenaza o una oportunidad la situación creada por las sanciones que, en el marco del diferendo entre China y Estados Unidos, empezarían a regir el 6 de abril? La caída de la soja en el último mes muestra que una situación de conflicto significa un alto riesgo. Pero, por otra parte, el enfrentamiento con Estados Unidos estimula a que otros bloques avancen en acuerdos. Esta semana el Mercosur flexibilizó su postura de protección a la industria automovilística en las negociaciones con la Unión Europea (UE). Puede que el Mercosur avance además en acuerdos de libre comercio con China, Corea del Sur y Canadá. La UE y China están coordinando más que nunca.

China no solo importa soja. Para alimentar a sus animales importa cada vez más maíz, sorgo y cebada. Y compra principalmente en Estados unidos. ¿Puede acelerarse una corriente comercial cerealera con el Mercosur?
La presidencia del bloque regional no podía llegarle a Uruguay en un momento más interesante.

El proteccionismo de Donald Trump es capaz de acelerar una situación de oportunidad que desde hace cinco años queda cada día más clara. A diferencia de Estados Unidos, los proveedores del sur somos absolutamente confiables. Esa debería ser nuestra ventaja decisiva.

Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 29 junio 2018