aumento industrialCrece la economía, pero hay cautela por contexto regional y menor consumo

El PIB se expandió 2,2% en el primer trimestre, otra vez sostenido por las exportaciones y el gasto de los hogares

La economía uruguaya aceleró levemente su crecimiento en el primer tramo del año, aunque todavía no logra retomar los niveles de comienzos de 2017. Si bien la expansión de la actividad se sigue sosteniendo en el consumo y las exportaciones –con una caída de la inversión privada–, los desbalances son menores a los que tuvieron lugar el año pasado.

Analistas consultados mostraron cautela para el resto del año por el deterioro del contexto regional, un menor dinamismo de las ventas externas para los próximos meses por el efecto de la sequía y la posibilidad de una retracción del gasto de las familias por un tipo de cambio más alto que en 2017

 

Los datos de Cuentas Nacionales divulgados el jueves por el Banco Central (BCU) muestran que la economía local creció 2,2% en el primer trimestre, por encima del 2% que mostró en el último cuarto del año pasado.

El aumento de la actividad a comienzos de 2018 se explicó principalmente por un incremento del consumo de los hogares (2,8%) y de las exportaciones (4,6%) respecto a igual período del año anterior. Si bien mantienen cierto dinamismo, ambos componentes desaceleraron su ritmo de aumento frente a los niveles exhibidos a fines del año pasado.

Por su parte, la inversión permaneció en caída. Los datos muestran que la formación bruta de capital fijo se redujo 2,2% en comparación con el primer trimestre de 2017. Se trata de una caída más moderada que en el período octubre-diciembre del año pasado.

Los últimos datos muestran un comportamiento dispar de los distintos sectores de actividad de la economía uruguaya. El agro mantuvo una caída de 4,8%. De esta manera, el sector encadenó tres trimestres consecutivos a la baja. En el último período pesó particularmente el menor volumen de soja producida.

Si bien la industria muestra en su conjunto un crecimiento de 2,9%, se explica en su totalidad por la reactivación de la planta de La Teja de ANCAP, que a principios del año pasado, dejó de producir por mantenimiento. Si se excluye este factor, el sector se contrajo 1,5%, según el BCU. En esa caída tuvo un peso significativo la menor producción de la industria en zonas francas.

Por otra parte, hubo un crecimiento de 4% en el comercio, un incremento de 6,7% en transporte y comunicaciones y la construcción se reactivó con un aumento de su actividad de 2,1%.

En el caso del comercio, el atraso cambiario que alcanzó su pico en el primer trimestre del año favoreció la venta de productos importados. Eso se vio parcialmente contrarrestado por el menor gasto de los turistas, que impactó negativamente en el rubro restaurantes y hoteles.

Si bien los datos muestran un mayor dinamismo que en el último trimestre del año pasado, en comparación con el primer trimestre del año pasado, el crecimiento de la actividad es más tímido. En el período enero-marzo de 2017, la economía local se expandía a una tasa de 4,1% interanual.

Perspectivas
A pesar de la aceleración registrada en el primer trimestre del año, economistas consultados mostraron cautela para el resto del año debido a diferentes factores.

El socio de la consultora Deloitte, Pablo Rosselli indicó a El Observador proyectó una expansión de 2% para este año, descontando el efecto de la refinería de ANCAP. "Es bajo en relación a las expectativas que tiene la sociedad; con ese crecimiento no se va a poder bajar más la pobreza, no se va a mejorar la redistribución del ingreso y es difícil avizorar una mejoría del mercado de trabajo; no deberíamos conformarnos con una tasa de 2%", sostuvo.

Otro elemento que tomó en cuenta fue la sequía que afectó al país y generará un menor dinamismo de las exportaciones en la segunda parte del año.

La economista de Pwc Mercedes Comas apuntó al consumo que fue uno de los principales impulsores del crecimiento de la economía el año pasado, beneficiado por un tipo de cambio bajo y una suba del salario real. "Hoy hay un escenario distinto y el consumo tiene limitaciones para crecer; el dólar aumenta y retrae la compra de bienes importados", dijo a El Observador.

Añadió que "la inflación sube, en forma moderada, pero afecta al salario real y en las perspectivas del consumo está la preocupación por el deterioro del desempleo".

La previsión de la consultora marcaba una expansión del PIB de 2,5% pero revisará sus proyecciones y seguramente no serán al alza.

A su vez el economista de CPA Ferrere, Germán Deagosto señaló como datos positivos del primer trimestre que la inversión cayó aunque de manera menos pronunciada y la reactivación del sector de la construcción.

Sin embargo, mostró su preocupación por el contexto regional. "Todas las noticias de la región que llegaron en los últimos meses fueron negativas", expresó a El Observador.

Agregó que en el comienzo del año se esperaba que Argentina y Brasil tuvieran tasas de crecimiento en el entorno del 3% y ahora están más cerca del 1%. "El panorama es más sombrío que hace cuatro meses atrás", expresó Deagosto.

Tomando en cuenta ese elemento, mencionó que la consultora tenía una proyección de crecimiento de 3% para este año y la bajó a 2,3%.

Rosselli coincidió en la preocupación por la situación de Argentina y Brasil. "Estamos en un contexto regional francamente complejo que impone un elemento de riesgo a esa proyección de crecimiento modesto de 2% para este año", manifestó.

Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 15 junio 2018