tronco maquina ElObservadorLa industria forestal es mejor que el petróleo

El problema es que obliga al Estado uruguayo a hacer las cosas en tiempo y forma

El intendente de Durazno, Carmelo Vidalín, habla con entusiasmo de las posibilidades de desarrollo de la zona del kilómetro 329 del ferrocarril, un rincón desolado del río Negro con un gran puente de escaso uso.

Miguel Arregui
La línea Blanquillo-Km 329, inaugurada en 1954, fue una de las pocas inversiones que hizo el ferrocarril estatal uruguayo tras la compra a los ingleses. Fue un fracaso pues no había nada que transportar. Pero ahora allí, y en el área del caserío Arévalo, en Cerro Largo, se concentraría la limpieza y el acopio de troncos de eucaliptos para una nueva fábrica de celulosa en Paso de los Toros.

El acuerdo firmado el martes 7 dice que la empresa finlandesa UPM construiría esa fábrica a partir de febrero de 2020 sólo si el Estado uruguayo puede: a) rehacer en tiempo y forma una gran red de ferrocarril, carreteras y caminos, y b) asegurarle cierta previsibilidad laboral, con nuevas normas sobre "piquetes" y ocupaciones de lugares de trabajo. En suma: los finlandeses harán poca cosa mientras no tengan la certeza de que podrán recibir materia prima y extraer la producción, además de trabajar en paz. Y la suerte se juega en los próximos dos años.

El texto del acuerdo, que es una carta de intenciones y una hoja de ruta, muestra una empresa desconfiada de las capacidades del Estado uruguayo, y un gobierno ansioso por inversiones que muevan la rueda. En respaldo del gobierno, es preciso señalar que muchas veces la historia se define por algunos gestos resueltos que inclinan la balanza en un sentido.

Entre 1883 y 1884 una empresa inglesa montó en la región del Río de la Plata dos frigoríficos, entonces una tecnología novísima, para exportar carne ovina refrigerada a Gran Bretaña: uno en Campana, Provincia de Buenos Aires, y otro en el Real de San Carlos, contiguo a Colonia del Sacramento. La planta frigorífica en Uruguay, que fue la primera en la historia del país, cerró en 1886 y la producción se concentró en Campana, debido a los grandes beneficios que le otorgó el gobierno argentino. Julio A. Roca fue más rápido que Máximo Santos, y Argentina sacó 20 años de ventaja a Uruguay en la creación de una industria frigorífica, destinada a cambiar la historia de ambos países, y en el mejoramiento de las razas ovinas y bovinas.

La industria forestal es una de las revoluciones productivas más intensas de la historia, y tiene mucho que ver con el auge uruguayo de los últimos tres lustros

Algo similar hizo Jorge Batlle en 2004 cuando sacó a Botnia de la égida del gobernador entrerriano Jorge Busti y la condujo a Fray Bentos; una acción decisiva que luego consolidaron Tabaré Vázquez y José Mujica con Montes del Plata, Weyerhaeuser, UPM y otras, además de enfrentar la prepotencia de los Kirchner. A la suerte hay que ayudarla, decían nuestras abuelas.

La planta de Paso de los Toros produciría 70% más celulosa que la de UPM en Fray Bentos y 40% más que la de Montes del Plata en Conchillas. Significaría la madurez definitiva de un proyecto agro-industrial que Uruguay inició a fines de la década de 1980. El sector maderero, que produce celulosa, placas, tablas, madera en bruto o en chips, químicos y más del 10% de la energía eléctrica nacional, confirmaría a partir de 2023 su liderazgo exportador, por encima de la carne bovina y de la soja.

El petróleo es una industria un poco estúpida: sucia, extractiva y no renovable, que ha arruinado a los Estados que no supieron lidiar con ella

La industria forestal es una de las revoluciones productivas más intensas de la historia, y tiene mucho que ver con el auge uruguayo de los últimos tres lustros. Gestó una nueva gran ola de inversión de origen internacional y local, como ocurrió con los servicios ingleses que se instalaron en las últimas décadas del siglo XIX, los frigoríficos y el turismo de masas en el siglo XX, y la agricultura a gran escala a principios del XXI. Da vida a miles de productores rurales y sostiene decenas de miles de puestos de trabajo: desde el vivero al puerto.

La fábrica de Paso de los Toros empujaría hacia arriba a todo el centro y el nordeste del país, una región de baja densidad de población y menor desarrollo relativo. Los departamentos de Tacuarembó y Durazno, que un siglo atrás eran habitados por casi el 9% de la población total, hoy sólo reúnen el 4,5%.

Los cautelosos pasos de UPM hacia una nueva fábrica de celulosa son mejor noticia que el eventual hallazgo de petróleo en la zona de la cuchilla de Haedo, un fetiche que el gobierno agita cada tanto. El petróleo es una industria un poco estúpida: sucia, extractiva y no renovable, que ha arruinado a los Estados que no supieron lidiar con ella. Es demasiado probable que un Uruguay con mucho petróleo termine pareciéndose más a Venezuela que a Noruega. Pero la industria forestal, que obliga a planear, renovar y cuidar, debería contribuir a una cultura de trabajo y una riqueza más perdurables.

Diairio EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 10 noviembre 2017Diairio EL OBSERVADOR -  Montevideo -  URUGUAY - 10 noviembre 2017