RESIDUOS“Falta voluntad política fuerte para cuidar el medio ambiente”

José Carlos Ramírez, con una larga experiencia en reciclaje de residuos, dice que en Uruguay hay “dos o tres familias” que manejan la basura ya clasificada y no dejan que ese trabajo sea económicamente sustentable
¿En qué momento se encuentra el país en el tema del cuidado del medio ambiente?

 

Estamos más cerca de que haya recursos económicos para, por lo menos, generar proyectos educativos. Si la población se educa en qué hacer con los desechos, en 10 o 12 años podemos empezar el proyecto final de reciclado como en los países de avanzada.

Pero hoy la gran mayoría de la población no tiene demasiada conciencia sobre el tema.

Los ciudadanos ponemos la basura en una bolsa, la tiramos en el contenedor y creemos que ahí se terminan los problemas. Son pocas las personas que se motivan, algunas porque viajan y ven que hay posibilidades en otros países.

¿Qué opina del plan Tu envase sirve, que funciona en Montevideo y en otros departamentos?

Ese plan se financia con el fideicomiso de la ley de envases. El tema es que quien compra la mercadería a las plantas es un sistema monopólico: hay dos o tres familias que manejan la basura en el país. Ellas le ponen un precio a esa basura. Eso hace que el reciclado no sea económicamente sustentable. Por eso, el gobierno apoya y pone la diferencia. El fideicomiso queda limitado a Montevideo y Canelones. Es mucho dinero, mal repartido y con muy poco resultado.

En la planta de La Paloma, en el Cerro, no pueden vender el vidrio porque nadie lo compra.

Es contradictorio, les hacen juntar vidrio y no lo compran. Esto es como la bolsa de valores: si el petróleo baja, les conviene trabajar con materia prima nueva y no con materia para reciclar. Eso pasa con Envidrio: compró hornos de valor muy alto y no le conviene trabajar con vidrio reciclado.

También es sorprendente que en las plantas no se reconvierta la basura, se limitan a vender a empresas.

Claro. Nosotros construimos ladrillo con plástico picado y material de descarte y de esa manera cierra el círculo. Con esos ladrillos hicimos un par de paradas públicas para la Intendencia de Montevideo y el municipio de San Ramón. El costo es ridículo: cada ecobloque vale casi 2 pesos. Se podría hacer algo para consumo masivo. Debería ser una oportunidad para las plantas, sin embargo no lo toman por ahí.

¿No hay voluntad de la Dinama y de las intendencias?

Se tocan resortes económicos grandes que hacen que la cosa siga durmiendo en los cajones. En Uruguay falta voluntad política fuerte para cuidar el medio ambiente.


Diario EL OBSERVADOR -  Montevideo -  URUGUAY  27 mayo 2017