cuenca del plataDejando de dar la espalda al río

Con participación del gobernador entrerriano Gustavo Bordet, los intendentes de las localidades ribereñas de Argentina y Uruguay, y las autoridades de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), se llevó a cabo recientemente en la ciudad de Concepción del Uruguay la sesión plenaria del Comité de la Hidrovía del Río Uruguay, en la que entre otros aspectos referidos a la navegabilidad del paterno se incluyó el informe del proyecto del organismo binacional para el puente Monte Caseros-Bella Unión.

Pero en el marco de la vasta problemática del río Uruguay sin dudas el elemento predominante por su proyección en el esquema productivo regional tiene que ver con la mejora de la navegabilidad, y en este sentido se espera que resulte un factor revulsivo la profundización concretada recientemente de los pasos y la apertura del Canal de Casa Blanca para la navegación hacia el norte del río Negro. Precisamente en este contexto el proyecto integrado de dragado y balizamiento del río Uruguay, a un costo de unos doce millones de dólares, implica potenciar el instrumento vital para la salida de la producción de productos primarios, tanto a granel como en contenedores, de una región que hasta ahora estaba seriamente limitada en sus posibilidades.

La sesión del comité de la hidrovía es indicativa de los nuevos tiempos que se viven en la región, sin que los actores de una y otra orilla se miren con desconfianza y en cambio aboguen por una complementación de los instrumentos logísticos, como es el caso clave del transporte fluvial.

El gobernador Bordet indicó que además de garantizarse la navegabilidad, existe el gran desafío de que nuestro río Uruguay sea amigable con nuestro ambiente y que tenga también la posibilidad sustentable de desarrollo en el tiempo y dijo que para ello es clave la construcción de plantas de tratamiento de efluentes en las ciudades ribereñas del lado uruguayo, tema de larga data pero que está en un proceso muy lento habida cuenta de la magnitud de las inversiones que se requieren.

Pero la sola presencia de las autoridades y organismos de ambas márgenes para analizar un tema de histórica importancia para la región da cuenta de la proyección del evento, con elementos muy positivos como la disposición del gobierno de Mauricio Macri al derogar los impedimentos que había incorporado la administración de los gobiernos “K” para la salida de productos argentinos por puertos uruguayos.

Hasta no hace mucho, la mejora de la navegabilidad del río Uruguay era objeto de frecuente retórica pero vacía de realizaciones. Pero últimamente estamos ante una dinámica que presenta cambios sustanciales respecto al panorama hasta hace pocos años en el río Uruguay. En el caso concreto de Paysandú, hasta una década atrás teníamos un puerto casi en ruinas, donde solo se daban cita pescadores y llegaba alguna chata de vez en cuando, pero veíamos el ancho río Uruguay vacío de embarcaciones.

Inversiones en el puerto a través de la Administración Nacional de Puertos (ANP), tanto en Paysandú como en Salto, Fray Bentos y Nueva Palmira, una dinámica muy alentadora en Concepción del Uruguay, potenciada ahora por el dragado, han sido revulsivas en el escenario, a lo que se agregó el “boom” de los commodities en la región, con necesidades logísticas y con un transporte fluvial que resulta vital para materia prima de gran volumen y bajo valor relativo.

Es en este contexto que cobra proyección todo lo que se haga en materia de concientización y empuje desde los actores locales y regionales, para aprovechar los avances en la logística y lograr la sinergia necesaria a través de la complementación de puertos de ambas orillas, todavía incipiente pero que se espera reafirmar este año mediante la llegada de buques como el “Provincias Unidas”, ya a punto de iniciar una nueva zafra.

Y si bien el transporte fluvial es parte angular para el desarrollo y potenciar la región, no es menos cierto que como espejo del sentir de los pueblos y fuerzas vivas de las dos naciones, el espíritu regional en el comité de la hidrovía se expresa en la necesidad de fortalecer y dotar de mayor institucionalidad al comité, como un organismo que tiene la capacidad de mantener no solo un ámbito de contacto binacional y de caja de resonancia de inquietudes relacionadas con el río Uruguay, sino de sensibilización y de gestión ante los organismos nacionales directamente involucrados.
Es que en estas secretarías existe un efecto residual de centralismo mal entendido, por regla general, y no se actúa con la misma eficacia y diligencia que cuando se trata de temas que involucran directamente a las capitales y su área geográfica de influencia.

Más allá de las relaciones entre gobiernos centrales y cancillerías, este sentir regional conlleva reafirmar la voluntad de dar un nuevo impulso a las relaciones e integración entre las dos orillas, con el funcionamiento por ejemplo de una comisión de asuntos transfronterizos y por el compromiso del Congreso de Intendentes y de la Gobernación de Entre Ríos en la prioridad asignada a los asuntos relativos a territorios fronterizos.
Singular importancia tiene además coordinar la interacción de los gobiernos y actores locales con los organismos de integración binacional, en especial con la CARU y la CTM, los que están asentados en concepciones burocráticas altamente dependientes de los gobiernos centrales y muchas veces no tienen la deseable interacción con el sentir regional.

Pero una mirada retrospectiva sería oportuna para ser optimista: pese a las dificultades, mucho se ha avanzado respecto al río olvidado y casi moribundo que teníamos hasta hace pocos años. A este paso, con asunción de las responsabilidades ante los desafíos y la búsqueda de la integración y la complementación, cabe esperar más realizaciones en el corto plazo, porque se está por el buen camino, y la importancia del instrumento justifica que se siga trabajando con ahínco en aras del desarrollo regional.

Diario EL PAIS - Montevideo - URUGUAY - 18 marzo 2017