IndustriaHay cambios estructurales en la industria

Sustitución de trabajo por capital aumenta producción por hora trabajada un 4% anual.

La caída que tuvo la producción industrial privada en el año 2016 es una señal más de las dificultades que encuentran muchas empresas del sector para sostenerse.

HORACIO BAFICO Y GUSTAVO MICHELIN

En la medida que se suma más mano de obra a la producción, más difícil resulta competir con los productos internacionales. Por su parte, hay un cambio estructural en camino que configura las características que tendrá la industria en la próxima década. Hay sectores que adquieren más protagonismo y otros que pierden participación, y al mismo tiempo la producción es cada vez más intensiva en capital y menos en mano de obra.
El índice de volumen físico de producción que elabora el INE a través de una encuesta a las empresas del sector arroja una variación del 0,3% al comparar el promedio del 2016 con el año anterior. En la comparación se suele excluir a la refinería de Ancap del concepto industria para ir a una definición más cercana a lo que es la producción del sector privado. De esa forma, se evitan las oscilaciones que tiene esta actividad y que por su peso en la producción total distorsionan la medición. La producción sin refinería cae el -1% en 2016.

Otro elemento que altera el análisis de los números es el inicio en producción de la segunda planta de pulpa de celulosa. Es una producción grande en volumen que ingresa de una sola vez provocando un impacto puntual en el primer año de producción muy fuerte que luego desaparece. Es algo bueno, suma a la evolución del sector pero impide ver qué es lo que sucede con el resto.

Por lo tanto, para ver qué pasa con el conjunto de empresas industriales se puede comparar a lo largo del tiempo la evolución del índice de volumen físico sin la refinería y sin la producción de pulpa de madera.

En el gráfico superior del cuadro adjunto se puede ver la última década de producción industrial donde los últimos cinco son de dificultades con los tres últimos ya con una contracción sostenida en el nivel de actividad.

Las realidades que existen dentro de este agregado de la producción industrial son varias. Comenzando por las que tienen mejores noticias se encuentra la excluida producción de pulpa de madera, papel y cartón.

En el gráfico de la izquierda en la zona media del cuadro se ilustra la evolución de los promedios anuales producidos en este sector. Son claros los dos escalones producto del inicio de actividad de la planta sobre Fray Bentos y la de Conchillas. Lo más relevante es la magnitud del salto. Se pasa de niveles de producción en la centena (la base del índice en el año 2006) al nivel de 1.000 (se multiplica por diez) en el año 2008. La segunda planta inicia su actividad en la segunda mitad del 2014 y por lo tanto el primer año con impacto total es el 2015 que se ubica un escalón de 1.000 unidades arriba.

La variación negativa de -1,0% sin refinería, es el resultado del comportamiento de todas las "industrias" o sea sectores de producción con características similares entre sí.

Una forma de medir el aporte de cada uno de ellos es combinar la variación que tuvo en el último año con la ponderación que tiene en el total para medir así la incidencia en la variación. Esta puede ser positiva o negativa de acuerdo al signo de la variación que se registre en el período. La suma de la incidencia de todas las industrias que componen el índice da el porcentaje de variación de éste.

Una rama industrial que registra buenas tasas de crecimiento es la de productos químicos. Es un conjunto de sectores diversos que van desde los plaguicidas y productos de limpieza a los remedios, la pintura y las sustancias químicas básicas insumo para otros productos.

En el último año, esta rama aportó 0,6 puntos porcentuales a la variación de la producción industrial pero con notas muy altas como la producción de medicamentos y productos farmacéuticos y otras bajas como la elaboración de plaguicidas.

Además del crecimiento puntual del 2016, la fabricación de productos químicos muestra una expansión a lo largo de la última década que ya integra un cambio estructural en la producción del país. Por ejemplo, se encuentra en este sector el grupo proveedor de insumos para la producción agrícola, forestal y para las plantas de celulosa.

En diez años toda la actividad de esta rama duplicó la producción, evolución que se ilustra en el gráfico de la derecha en la zona media del cuadro.

En los dos últimos años la contracción en el nivel de actividad se generalizó bastante. Son varios los sectores que registran retrocesos en el nivel de producción acusando recibo de las dificultades en la competitividad de la producción nacional. Siguiendo con lo que son cambios institucionales con persistencia ya de una década, se encuentra la producción textil y de vestimenta. Es la contracara de la química tal como se ilustra en el gráfico mencionado. Mientras el primero duplica, estos bajan a menos de la mitad del inicio de década.

En el año 2016 el aporte negativo de la producción de automóviles (-0,7 puntos de incidencia en el total), de plásticos (-0,5 puntos) y de imprentas (-0,2 puntos) fue gravitante.

También lo es la caída en la fabricación de productos alimenticios, un sector que no reduce la producción significativamente pero que tiene una alta participación en el total. La incidencia fue negativa en -0.3 puntos del total y entre los sectores hay algunos con aportes negativos como lácteos, pescado y la categoría de otros no clasificados en sector específico. Otras industrias aumentan su producción y por lo tanto generan una incidencia positiva en el total. Ese es el caso de los frigoríficos con un repunte en el tramo final del año, el arroz y la cerveza y producción de cebada.

La encuesta industrial también mide el total de horas trabajadas por estas empresas. Con dicho dato se puede elaborar una serie de producción por hora trabajada o sea la productividad media del trabajo.

En el gráfico de la zona inferior del cuadro se observa las tasas de variación anual de esta productividad media en la última década sin considerar lo acontecido con la refinería y tampoco las plantas de celulosa. El promedio de los últimos cinco años fue del 4% anual.

El aumento de la productividad es producto de dos fuerzas que están modelando la nueva estructura industrial de Uruguay. Por un lado, los cambios tecnológicos que sustituyen personas por máquinas.

Por otro lado, los altos costos laborales y la rigidez que tienen los empresarios para asignar el trabajo a tareas diferentes en la medida que el entorno de negocios se lo exige, hacen que se prefieran las alternativas de producción con menos horas de trabajo humano.

Diario EL PAIS - Montevideo - URUGUAY - 20 febrero 2017