via PresidenciaLas vías de la discordia

La instalación de una tercera planta de celulosa por UPM no pende de un hilo sino del mejoramiento de grandes tramos de vías defectuosas. Técnicos del consorcio finlandés, actualmente en Uruguay, le han señalado al ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, la necesidad de que se completen las obras de infraestructura a que está comprometido el gobierno, como condición para llevar adelante la construcción de la planta, según informó El País. Incluyen nuevos rieles y durmientes, que se mejoren puentes, se construyan los costosos terraplenes de piedra para soportar el paso de la docena de pesados trenes cargados de madera, de 10 cuadras de largo, que transitarán cada día y se eliminen curvas que imponen lentitud.


Las obras que le corresponden al gobierno están demoradas por falta de acuerdos precisos sobre los trabajos a realizar, incluyendo discusiones sobre si se pueden reparar tramos de vías o hay que construir nuevas. Además sigue indeciso el tema crucial del ingreso de los trenes desde la eventual planta en Tacuarembó o Durazno hasta el puerto de Montevideo, punto de la exportación de la pasta de celulosa. Las vías existentes cruzan las ciudades de Santa Lucía y Las Piedras, que se verían afectadas por el intenso tránsito ferroviario, a lo que se agrega el diseño del acceso de los trenes a Montevideo hasta el puerto.

La indefinición de todos estos temas generan incertidumbre sobre la esperanza del presidente Tabaré Vázquez de confirmar la instalación de la planta durante su visita a Finlandia el mes próximo. Su meta de que en el segundo semestre de este año se coloque la piedra fundamental de la planta difícilmente pueda concretarse, a menos que en las próximas semanas se acuerden en detalle los trabajos a realizar y el gobierno asegure la financiación de los más de US$ 1.000 millones que demandarán las obras y que le corresponde arbitrar, bajo el acuerdo preliminar con UPM. Las obras son esenciales ya que, según los técnicos de la empresa finlandesa, en la estructura actual los trenes no podrían circular a más de 40 kilómetros por hora, cuando el proyecto de UPM requiere que marchen al doble de esa velocidad.

Solo si se superan los obstáculos que persisten, se concretará un emprendimiento que es crucial para Uruguay, donde el procesamiento de la madera es puntal del futuro exportador del país. La planta supone una inversión de UPM de US$ 4.000 millones, la mayor de origen privado jamás registrada en el país. Superará largamente en producción a la que ya tiene UPM en Fray Bentos y a la de Montes del Plata en Colonia y, si finalmente sale, creará muchos puestos de trabajo e incidirá en el aumento de la actividad económica. Esto ayudará al gobierno en su anunciado objetivo de bajar el déficit fiscal al término de su período a 2,5% del Producto Interno Bruto. Otro beneficio colateral será darle un soplo de vida a la mortecina AFE. El ente, que sigue perdiendo cargas año a año habiendo cerrado 2016 con un mínimo histórico de 700 mil toneladas, puede lograr algunas ventajas acoplándose en parte menor a las actividades de UPM. El país tiene mucho para ganar con esta nueva planta. Pero solo será posible si los organismos públicos involucrados en las obras de infraestructura ferroviaria actúan con máxima diligencia, eficacia técnica y financiación de la contrapartida estatal, requisitos que por ahora no parecen estar asegurados

Diario EL OBSERVADOR -  Montevideo - URUGUAY -  20 enero 2017