NuevaPalmira aerea ElPaisMontevideo y Nueva Palmira -  fuerzas que se enfrentan
El futuro del Puerto de Montevideo y de Nueva Palmira depende del resultado de la eterna puja entre dos grandes mentalidades.

Juan Oribe Stemmer
En un lado se encuentra la mentalidad que considera necesario impulsar la integración regional y con el mundo. Esta es la visión que impulsa la Ley de Puertos uruguaya. En el otro lado se encuentra la mentalidad del signo opuesto, que tiene una visión egoísta y de corto plazo del interés nacional. Mientras que la primera considera que todos ganamos cuando nos integramos. La segunda está convencida de la idea egoísta de que "tengo que hacerte perder para poder ganar yo".
La geografía de la Cuenca del Plata favorece la integración entre las economías locales, regionales y nacionales. Los ríos ignoran olímpicamente las fronteras trazadas por el ser humano que fragmenta lo que la naturaleza creó como una unidad. El sistema fluvial ofrece la vía para comunicar los puertos fluviales más recónditos del interior con el océano Atlántico.

El volumen de carga de importación y exportación transportado por vía marítima y fluvial en el sistema de la Hidrovía Paraguay - Paraná (Puerto Cáceres - Nueva Palmira), río Uruguay y Río de la Plata se aproxima a los cien millones de toneladas anuales. La mayor parte consiste en embarques de cereales, soja y minerales que descienden por el sistema de los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay, hasta los puertos de transbordo en el Paraná inferior y Nueva Palmira. Estas cargas aumentarán considerablemente en los próximos años. Además, la expansión de la producción agrícola y minera impulsará el desarrollo económico de la región y conducirá a un aumento de las exportaciones e importaciones de productos semi-manufacturados y manufacturados. Estas cargas son transportadas en contenedores. Se puede anticipar, entonces, un incremento del transporte intermodal y de la demanda por facilidades adecuadas para manejar este tipo de embarques.
El desarrollo tecnológico en la industria naviera apunta en la misma dirección: entrarán en servicio buques con capacidades de carga cada vez más importantes, se extenderá el transporte intermodal y se expandirán los hinterland de los puertos locales.

Todo esto beneficiaría a los productores y consumidores de nuestros países.

Pero, frente a estas fuerzas que impulsan la integración regional se yerguen los enemigos de la integración y de la complementación. Están respaldados por fuerzas sorprendentemente poderosas, incluyendo ideologías que sobreviven en las telarañas de algunos cerebros que habitan la región, y grupos de interés temerosos de la sana competencia y ansiosos de proteger sus mercaditos cautivos.
Los partidarios del egoísmo nacional laboriosamente construyen barreras de papel para dividir espacios geográficos y económicos e interferir con el libre tránsito de buques y cargas. Cuando los usuarios y quienes no pertenecen a los grupos beneficiados por esas barreras artificiales protestan, los amilanan con vacíos discursos cargados de ideología o los aplastan con el poder del Estado.

¿Por cuánto tiempo podrán esas barreras de papel contener el flujo natural, cada vez más caudaloso, de las cargas de exportación e importación que siempre buscan los puertos más eficientes? Pensamos que no por mucho tiempo más.

Diario EL PAIS -  Montevideo -  URUGUAY - 23 setiembre 2014