botnia 22Las ganancias en Uruguay sostienen UPM

Uruguay, que expulsa una de cada cuatro personas que allí nacen por no poder contenerlos económicamente, le obsequia a la global UPM (BOTNIA) casi el 60 % de las utilidades que le permiten a  ésta sostener su operatoria en otras partes del planeta.
Fundavida
Opinón

La agencia de noticias ABC de España anunció por estos días que el grupo finlandés UPM, una de las mayores compañías forestales y papeleras de Europa, aumentó un 68 % su beneficio neto en los nueve primeros meses del año respecto al mismo periodo de 2013 y ganó 504 millones de euros,  gracias principalmente al descenso de los costes productivos, explicó el grupo en un comunicado.

La ganancia operativa de UPM, el mayor productor mundial de papel de revista, alcanzó los 603 millones de euros, un 45,6 % más que en los nueve primeros meses de 2013, aunque excluyendo extraordinarios creció en menor medida, un 29,6 %, hasta 617 millones de euros.

El consejero delegado de UPM, Jussi Pesonen, destacó: “Estamos preparando un nuevo plan que incluye el recorte de los costes fijos y variables”, señaló. Lo que en buen romance significa que seguirán despidiendo obreros y empleados en todo el mundo.

También anunció Pesonen que el grupo finlandés tiene previsto realizar “inversiones” antes de final de año en su planta uruguaya para aumentar su capacidad productiva desde los 1,2 a los 1,3 millones de toneladas anuales.

Con sede en Helsinki, UPM posee plantas de producción en 14 países y cuenta con una plantilla de unos 21.000 empleados, pero más del 50% de sus utilidades provienen de la operatoria en Uruguay dadas las excepcionales condiciones que aquel país otorgó a la empresa finesa que opera allí sin pagar impuestos de ningún tipo.

Los  convenios firmados con Uruguay le permiten a Finlandia tomar recursos naturales sin pagar impuestos ni reponer por la fertilidad y los acuíferos que utilizan, de tal modo que las utilidades mundiales de UPM (BOTNIA) están apuntaladas por las exacciones neocoloniales que se les permiten efectuar.

La variable de ajuste para reducir costos globales de UPM (BOTNIA) son los obreros y empleados despedidos en el resto del mundo, lo que agrega un capítulo más al escarnio para los ciudadanos de Uruguay por las facilidades vergonzantes que otorga su país, que exacerba el apetito de utilidades de la empresa para aumentar el desempleo y la angustia de trabajadores de otras regiones del planeta.

En septiembre pasado el grupo Guayubira que viene enfrentando desde el inicio el modelo agroforestal de monocultivo y concentración de la tierra y la riqueza en Uruguay publicó un documento en el que denuncia:

Las empresas transnacionales son los principales responsables de los problemas que causan las plantaciones: el acaparamiento de los territorios y de los bienes comunes; la destrucción de áreas biodiversas y formas de vida asociadas; el secamiento y la contaminación por pesticidas de los ríos, arroyos y pozos; el agotamiento y la erosión del suelo; condiciones de trabajo degradantes; un creciente proceso de financiarización de la naturaleza sobre las tierras y la producción.

Estas empresas siguen insistiendo en el uso comercial de árboles transgénicos, en otros usos de la madera para fines energéticos y para vender ‘servicios ambientales’, como el carbono. Todos estos son falsas soluciones a la crisis ambiental y climática que enfrentan las sociedades humanas hoy en día y terminan profundizando las injusticias y propagando aún más el hambre y la miseria. Los monocultivos y cultivos transgénicos no son inteligentes, sino una estrategia más del capitalismo ‘verde’ para acaparar los territorios de los pueblos, socavando a quienes construyen las verdaderas soluciones a las crisis climática, social y ambiental.

La colisión entre los intereses de las celulósicas extranjeras en Uruguay y los ciudadanos locales crecen sin prisa pero sin pausa, ahora a la visualización cada vez por más gente de la exasperante expoliación que hacen estas empresas de los recursos locales que llega hasta el límite de competir con los hogares más humildes con la leña que utilizan para calefaccionarse y cocinar le suman la exigencia que plantearon recientemente al gobierno local para que repare, a costo de los bolsillos de los contribuyentes, las rutas que ellas destruyen con la fenomenal movilización de rollizos hacia las plantas.

En nuestro país por razones por todos conocidas no han podido emplear un modelo similar pero periódicamente los lobistas locales de las celulósicas reclaman venderles materia prima sin elaborar a costa del desabastecimiento de nuestra industria.

Diario EL DIA -  Gualeguaychú -   ARGENTINA -  10 noviembre 2014