forestal brasil¿Potencia Agroalimentaria y Forestal? 

Chile no será realmente esa potencia si no nos tomamos en serio el desafío de innovar, lo que exige tanto del esfuerzo privado como de la acción decidida y consistente del Estado.

 Mauricio Daza Carrasco, abogado
Chile se ha impuesto el objetivo de trasformarse en una “Potencia Agroalimentaria y Forestal”, lo que en una agricultura con un perfil exportador la cual requiere insertarse en mercados altamente competitivos, exige contar con una industria de investigación, desarrollo e innovación asociada a la producción de nuevas variedades vegetales.

No obstante lo señalado, la actuación de nuestras autoridades en esta materia no se condice con ese objetivo, lo que queda de manifiesto al analizar el proyecto sobre ley de presupuesto para el año 2015: la partida global de “Investigación e Innovación Tecnológica Silvoagropecuaria” asciende a la suma total de US$ 51 millones, con un aumento precario del 2,4%. Es así como el presupuesto para la Fundación de Innovación Agraria, es calificado por la autoridad como “de continuidad”, lo mismo que ocurre en el caso del Instituto Forestal.

Sin embargo el caso más grave es el del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), el cual sólo aumenta en un 4,1% su presupuesto, lo que no sólo impide ampliar los programas de generación de nuevas variedades vegetales además de los programas de transferencia tecnológica que buscan ayudar a pequeños y medianos agricultores para obtener mejores rendimientos en sus cultivos, sino que no se hace cargo de la necesidad de recuperar su capacidad de investigación, considerando que entre el 2010 y Febrero 2014 perdió a 67 investigadores, 40 por inexplicables despidos masivos realizados en 2010, proyectándose que en los próximos 4 años jubilarán otros 27 investigadores; todos científicos de excelencia que no tienen continuadores al interior de la institución.

Lo anterior contrasta con la situación de instituciones equivalentes en otros países de nuestro continente, con los que competimos en los mercados internacionales: INIA Perú recientemente recibió financiamiento por US$180 millones sólo para fortalecimiento institucional; CORPOICA Colombia tiene un presupuesto de US$110 millones anuales; EMBRAPA Brasil, recibe un financiamiento de US$1.200 millones anuales; INIA Uruguay tiene un presupuesto de alrededor de US$40 millones anuales (con 3,5 millones de habitantes) ; e INTA Argentina tiene un presupuesto de más de US$350 millones, sólo por nombrar algunos. Todos inmensamente superiores en términos proporcionales, no sólo a lo que recibe INIA Chile, sino que al monto global destinado por el Estado a todo el sistema de investigación e innovación silvoagropecuria.

Chile no será realmente una “Potencia Agroalimentaria y Forestal” si no nos tomamos en serio el desafío de innovar, lo que exige tanto del esfuerzo privado como de la acción decidida y consistente del Estado, lo cual sólo se construye con una política consistente de largo plazo que garantice la seguridad alimentaria de las próximas generaciones, además de agregar real valor a nuestra producción, materias en las que nuestro país sigue al debe.

ESTRATEGIA -  CHILE  - 08 noviembre 2014