manifestacion contra las pasterasEl tren que perdimos y Uruguay no

Anunciaron que levantarán otra pastera. Fueron a los papeles y ganaron. Nosotros nos quedamos con el papelón.

La historia del kirchnerismo es una historia de oportunidades perdidas. Arrancó con la soja a menos de 150 dólares la tonelada y llegó a 650, con exportaciones anuales de más de 20 mil millones. ¿Y qué cosechó de eso? Nada. Cristina dejó al Central desfondado y a la economía con cepo cambiario por la escasez de divisas.

Esa historia es también la historia de la oportunidad perdida con la industria forestal, que implicaba crecimiento productivo y la manera como progresan los países. Fue una oportunidad que la Argentina desperdició y que aprovechó Uruguay: esta semana anunció que montará otra pastera, esta vez sobre el río Negro, en Paso de los Toros. Una noticia que acá pasó desapercibida.

Será la más grande y la tercera. La primera en Fray Bentos está ahí, produciendo desde hace más de 12 años y dando trabajo y exportando. Hay otra desde 2014 en Conchillas, frente a nuestro Delta. Las plantas generan más electricidad de la que precisan y la vuelcan al mercado. La nueva a levantar es de los mismos dueños de la de los cortes de los puentes, los finlandeses de UPM (ex Botnia). La inversión será de poco más de US$ 3.000 millones: 2.700 para la planta y 350 para la infraestructura portuaria de Montevideo. Si se suman las inversiones realizadas y las comprometidas, dan unos 10.000 millones que han puesto a Uruguay entre los primeros cinco líderes de la industria forestal mundial. Da envidia.

Con Uruguay compartimos una zona ideal para esta industria. Aquí el eucaliptus crece muy rápido, entre 7 y 10 años, y en Finlandia necesita entre 50 y 70. Tenemos mucha más agua y sol y la forestación se hace en terrenos difíciles o imposibles para los cultivos. Argentina es el país con más potencial pero dinamitó su potencial cuando lanzó una ridícula batalla contra los uruguayos, los más cercanos a nosotros. No sólo vimos pasar este tren bala: demonizamos una industria.

Ya casi no se habla de Botnia desde que se probó que nosotros de este lado contaminamos el río más que ellos del otro. Los piqueteros de Gualeguaychú se habían convencido de que los uruguayos de Fray Bentos habían decidido envenenarse y envenenarnos y por nada del mundo iban a cambiar aunque los estudios técnicos demostraran lo contrario. El kirchnerismo alimentó el absurdo hasta niveles demenciales: agitar el nacionalismo da votos pero es peligroso. Cinco años de denuncias y peleas y de un puente internacional bloqueado. Los piqueteros decidían quién y cuándo podía cruzarlo.

El delirio no estuvo solo de este lado del río: el presidente Vázquez reveló que los jefes de las fuerzas armadas le plantearon hacer una guerra de guerrillas. En medio del conflicto surrealista hubo mediación del rey de España, fallo de La Haya, gestión de Lula y de Chávez y hasta una supuesta abuela unibomber que se iba a inmolar en Botnia, según The Washington Post. La información se la había dado el esposo de Romina Picolotti, que pasó de abogada de los piqueteros a secretaria de Medio Ambiente de la Nación bajo las órdenes de Alberto Fernández. Está procesada y en semanas afrontará un juicio oral por corrupción. Todo un símbolo.

Diario CLARIN - ARGENTINA - 26 julio 2019