MONITOREO A LA PASTERA
Goldaracena: “La CARU detecta menores valores en el efluente que los que reconoce la propia Botnia”

El referente técnico de la Asamblea Ciudadana Ambiental reveló que hay estudios que demuestran que la planta de Fray Bentos desvía peligrosas sustancias tóxicas al río Uruguay que el Comité Científico binacional no controla

Este lunes, en la Municipalidad se celebró una reunión entre los miembros argentinos del Comité Científico de la CARU con autoridades municipales e integrantes de la Asamblea Ciudadana Ambiental y Fundavida. Se trata de los técnicos Emilio Menvielle y Ricardo Juárez, encargados de realizar mensualmente el monitoreo en la planta Orión de UPM en Fray Bentos.

Es la primera vez desde que comenzó en conflicto por la instalación de la pastera que los integrantes de dicho Comité se reúnen con los asambleístas.

Carlos Goldaracena, integrante de la Asamblea Ciudadana Ambiental Gualeguaychú, fue uno de los participantes de la reunión y dijo en RADIO MÁXIMA que “se han incorporado nuevos parámetros” a los controles, pero pidió que los técnicos tengan un mayor acceso a la planta. “Un buen monitoreo debe incluir una visita a la planta, y sin avisar”, sintetizó Goldaracena.

Monitoreo con más parámetros
El referente técnico de la Asamblea expresó que “esta reunión la veníamos pidiendo desde el año 2010 y recién ahora tuvimos la oportunidad de hablar durante un tiempo prudencial y evacuar todas las consultas y nuestras dudas con los dos nuevos representantes argentinos en el Comité Científico de la CARU. Juárez y Menvielle, son dos profesionales jóvenes que fueron designados en diciembre del año pasado que hablaron de un plan de monitoreo de la calidad ambiental del río Uruguay en su conjunto y en varios puntos con un aumento de los controles en cantidad y calidad”.

Goldaracena explicó que los profesionales técnicos de la CARU “han informado sobre la incorporación al monitoreo integral de nuevos parámetros al monitoreo. Hasta ahora solo se hacían controles químicos pero ahora se le suman el estudio de la calidad de los sedimentos, el estudio de la biota, es decir el análisis de los organismos invertebrados que viven en el fondo del río y los estudios de ecotoxicidad que se harán en diferentes puntos del curso compartido. Esto hay que reconocer que es una buena noticia, pese que hacía unos 10 años que desde la Asamblea se venía pidiendo la incorporación de los marcadores biológicos pero siempre la contraparte uruguaya en la CARU se venía negando”.

La CARU dice que habrá nuevas pasteras
“Sin embargo, indicó Goldaracena, “expresamos nuestra profunda preocupación porque con el monitoreo tal como se hace en la planta de celulosa de Fray Bentos, es absolutamente imposible arribar a resultados serios. Hace pocos días, el 20 de julio, la CARU emitió un documento oficial referido al Plan de Monitoreo del río Uruguay en áreas de planta de celulosa. La primera frase que se puede leer en el documento ya es inquietante, porque arranca diciendo que ‘teniendo en cuenta la implantación futura de plantas de celulosa’, luego detalla un programa de monitoreo muy completo inspirado en lo que se lleva adelante en Canadá, que es el país que más ha estudiado y que más controla a las industrias de la celulosa. Ahora bien, como se plantean informes cada tres años en este plan de monitoreo, habrá que esperar mucho tiempo, mientras se sigue sin saber qué es lo que ocurre dentro de la propia pastera”.

Goldaracena contó que “en esta reunión nos enteramos de boca de los dos representantes técnicos argentinos de la CARU que ingresan todos los meses a la pastera, que no solo que tienen que avisar a la empresa con diez días de anticipación la fecha en la que van a acudir a la planta sino que, lo único que se les permite hacer cuando van, es recoger las muestras en denominada la canaleta Parshall, que es donde está el efluente de Botnia. Ahora si quisieran observar el proceso de blanqueo, no están autorizados. Es decir que, si los efluentes producto del blanqueo van por otro lado que no es Parshall, nunca lo pueden detectar”.

 Desvío de efluentes
Al respecto, Goldaracena precisó que, “en este punto les planteamos a los dos integrantes del Comité Científico que existe una alta probabilidad de que Botnia esté desviando los efluentes tóxicos. Y esto está demostrado por Elías Mata, el experto más importante que tiene Argentina en materia de plantas de celulosa, cuyo estudio se acaba de publicar en una prestigiosa revista científica europea. Según las conclusiones a las que arribó Mata, ‘hay suficiente evidencia para afirmar que la mayor parte de los efluentes del blanqueo, es decir los compuestos halogenados, entraron al río a través de un camino diferente del resto de los efluentes’. Con innumerables datos y argumentaciones técnicas Mata concluye que los efluentes tóxicos no salen al río por la famosa canaleta Parshall que mira la CARU. Van por otro lado”.

Como ejemplo de lo que está ocurriendo actualmente en el río Uruguay, Goldaracena puntualizó que “en su estudio Mata plantea que en los últimos tres años, el flujo del efluente de Botnia se mantuvo prácticamente constante, a pesar que la planta aumentó su producción en 300 mil toneladas anuales’. Pero más aún: Mata sostiene que existen discrepancias comprobadas de la salida de efluentes al río entre lo que informa la CARU y los que reconoce UPM. Es decir la empresa da valores mayores del efluente que arroja al río Uruguay que los que constata la CARU. Y hay algo más grave aún, porque los compuestos orgánicos absorbibles como las dioxinas y los furanos, de altísima toxicidad, ‘caen en el efluente de UPM durante los períodos de mayor producción de la planta’, algo que resulta imposible, salvo que estos desechos vayan al río por otra vía”.

Finalmente Goldaracena estimó que “todas estas anomalías serán imposibles de detectar fehacientemente y de esa forma comprobar la contaminación que produce Botnia, si el monitoreo no cambia radicalmente, porque lo que actualmente se mira es la actividad de Botnia, y no cómo realiza su actividad”.

MAXIMA online - Gualeguaychu - ARGENTINA - 25 julio 2018