bosque nativoNuestro ideal para la ley de bosques

Han pasado diez años desde la sanción de la ley de presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos (nº 26331) y se torna necesario dar un salto cualitativo. De allí que trabajamos para mejorar no solo la aplicación de los instrumentos actuales de la ley, sino también la implementación del Plan Nacional de Restauración de Bosques.

Sergio Bergman

Durante el año 2016 logramos reducir la deforestación en un 14% y aspiramos a que esta tendencia continúe. Entendemos que debemos liderar un cambio de paradigma: que el bosque no sea visto como una traba al desarrollo, sino que su conservación resulte conveniente frente a otras opciones productivas como la agricultura extensiva o la ganadería de pastura.

Instalar una nueva concepción acerca del bosque nativo implica entender que el valor de los recursos que alberga es inconmensurable. Además de su acervo genético, los estudios han demostrado que la reserva de energía que hay en los bosques nativos del territorio argentino es equivalente a toda la reserva de petróleo nacional. Sabemos que los bosques retienen y conservan recursos de alto valor. Maderas como el palo santo, el algarrobo, el quebracho o el cedro, entre muchas otras, brindan oportunidades para el desarrollo de una industria forestal que debe migrar hacia un aprovechamiento sustentable del bosque nativo. La actividad forestal es una de las generadoras de mano de obra por superficie de territorio más intensivas, frente a otras opciones agropecuarias.

Los bosques son ecosistemas forestales nativos que brindan servicios ambientales como la conservación del suelo, la biodiversidad y la calidad del agua; la regulación hídrica; el valor paisajístico y cultural; y la fijación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

En términos de los GEI, la deforestación no sólo elimina sumideros naturales, sino que, además, la tierra desnuda emite dióxido de carbono y con ello el efecto negativo es doble. La tala de bosques nativos deja sin hábitat a especies autóctonas, desencadena procesos de erosión de suelos, cambia el régimen hídrico de la zona, entre otras consecuencias.

Sabemos que en los últimos años la deforestación en Argentina ha sido una de las principales causas de emisión de gases. Las emisiones por deforestación son comparables a las del transporte, es decir, a la quema de combustibles fósiles en vehículos de todo tipo en el país. Es por eso que la preservación de los bosques representa un enorme potencial de reducción de emisiones.

El Plan Nacional de Restauración de Bosques Degradados tiene como objetivo ampliar la superficie y recomponer el bosque nativo, restaurar suelos, prevenir inundaciones y ampliar la captura de GEI para aportar a los compromisos de disminución de emisiones de la estrategia nacional de cambio climático. El plan comenzó este año con nueve sitios piloto en diversas provincias y la meta es llegar al 2023 con forestación en 20 mil hectáreas por año con especies nativas. Más aún, la actividad de reforestación también puede tener un futuro como oficio, entonces, junto al Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio de Trabajo, formaremos personas que tienen planes de trabajo para que presten servicios para la conservación de bosques.

Durante el 2017 se trabajó junto a las provincias en el Consejo Federal de Medio Ambiente (Cofema) en un saneamiento administrativo y en el consenso de mecanismos uniformes para tornar más eficaz la gestión. Estos mecanismos se han transformado en verdaderos ejes estratégicos para la inversión que propician un mejor aprovechamiento de los recursos del bosque, con prácticas como el manejo de bosques con ganadería integrada, manejo forestal en cuencas, reforestación, prevención de incendios forestales y conservación de áreas protegidas.

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable proyecta crear un fondo fiduciario que permitirá establecer un mecanismo más ágil para la administración de los recursos de la ley de bosques. Este fondo permitirá captar recursos internacionales que servirán para compensar a quienes protejan los servicios ambientales que brindan los bosques.

El bosque es mucho más que su biomasa, se trata de espacios naturales con una biodiversidad inigualable y un potencial aún desconocido. En suma, los bosques nativos, que representan 53 millones de hectáreas en diferentes regiones el país, resultan fundamentales para el desarrollo equilibrado que conjugue crecimiento económico con bienestar social y cuidado del ambiente. Son territorios que conservan buena parte de las raíces de culturas de pueblos originarios y comunidades campesinas que aún conviven y viven de sus recursos, y constituyen una fuente de productos de alta calidad para el crecimiento de una industria forestal que puede contribuir a generar puestos de trabajo y reducir la pobreza en Argentina. Preservar nuestros bosques e invertir en su restauración es invertir en el futuro y las generaciones venideras.
El autor es rabino y ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.

INFOBAE - Buenos Aires - ARGENTINA - 04 enero 2018