hojas gruesasEl preocupante aumento de grosor que sufren las hojas de los vegetales ante el crecimiento del dióxido de carbono en la atmósfera

Cuando se incrementan los niveles de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, la mayoría de plantas hacen algo inusual: aumentan el grosor de sus hojas. Y dado que la actividad humana está elevando los niveles atmosféricos de CO2, es previsible un futuro en el que las plantas con hojas gruesas sean muy comunes.

 

Pero las consecuencias de esta respuesta fisiológica van mucho más allá de la aparición de hojas más pesadas en muchas plantas. Marlies Kovenock y Abigail L. S. Swann, ambas de la Universidad de Washington en la ciudad estadounidense de Seattle, han descubierto que ese aumento generalizado del grosor de las hojas podría agravar los efectos del cambio climático porque los vegetales serían menos eficientes a la hora de absorber el carbono atmosférico, un fenómeno que los modelos del cambio climático no han tenido en cuenta.

Cuando las citadas investigadoras incorporaron esta nueva información en modelos climáticos globales con los altos niveles de CO2 atmosférico que se prevén a finales de este siglo, el "sumidero de carbono" aportado por las plantas era menos productivo, dejando unos 6.000 millones de toneladas de carbono en la atmósfera cada año. Esos niveles no distan mucho de la cantidad de carbono liberado a la atmósfera anualmente debido a las emisiones de combustibles fósiles generadas por la actividad humana.

Además del debilitamiento del sumidero vegetal de carbono, las simulaciones ejecutadas por Swann y Kovenock indicaron que las temperaturas globales podrían elevarse entre 0,3 y 1,4 grados centígrados adicionales más allá de lo que los científicos que estudian el cambio climático han pronosticado que sucederá. "Si este único rasgo, el grosor de las hojas, con niveles de CO2 altos tiene un impacto tan notable en el recorrido del futuro cambio climático, creemos que los modelos climáticos globales deberían tener en cuenta otros aspectos de la fisiología vegetal y del comportamiento de las plantas, a la hora de intentar pronosticar cómo será el clima a finales de este siglo", explica Kovenock.

No se sabe por qué las plantas aumentan el grosor de sus hojas cuando crecen los niveles de CO2 en la atmósfera. Pero la reacción ha sido documentada en muchos tipos diferentes de especies vegetales, incluyendo especies agrícolas y plantas que ejercen el tipo de fotosíntesis que representa alrededor del 95 por ciento de la actividad fotosintética en la Tierra. Las hojas pueden aumentar su grosor hasta en un tercio, lo que cambia la proporción del área de superficie respecto a la masa en la hoja y altera ciertas actividades de la planta, como la fotosíntesis, el intercambio de gases, el enfriamiento por evaporación y el almacenamiento de azúcares.

NCYT - ESPAÑA - 24 octubre 2018