madera viviendasMatías Domeyko y la ampliación de Arauco: “Hoy este es el proyecto más importante para la compañía”

Seis años pasaron para que finalmente Arauco, el brazo forestal del grupo Angelini, decidiera dar luz verde al proyecto Mejoramiento y Ampliación Planta Arauco (Mapa), iniciativa que se transformó en la mayor inversión que el grupo ejecutará en su historia.

Se trata de una inversión que asciende a US$ 2.350 millones y que el pasado martes, el directorio de la compañía, que preside Manuel Bezanilla, aprobó realizar. Pero el tiempo que transcurrió entre que la compañía presentó la iniciativa hasta que finalmente se dio el vamos a las obras no fue porque la empresa lo decidiera así.

 

La tramitación ambiental tardó bastante más de lo esperado, debiendo enfrentar una serie de requerimientos judiciales de opositores a la obra. Por ello, la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) recién fue conseguida el año pasado, tras un fallo de la Corte Suprema.

“Es verdad que el Proyecto Mapa, después de haber sido aprobado unánimemente por el Servicio de Evaluación Ambiental en febrero 2014, tuvo que pasar por más de tres años de judicialización, pero cuando tenemos la convicción de que un nuevo proyecto es una buena oportunidad para el desarrollo sustentable de la compañía, lo que corresponde es hacer las cosas bien y perseverar como lo hemos hecho en Mapa”, explica el vicepresidente ejecutivo de Arauco, Matías Domeyko.

Añade que “hoy iniciamos una nueva fase de un proyecto que comenzamos ya hace varios años y que ha estado marcado por un arduo trabajo en conjunto con la comunidad para desarrollar un proyecto que, sin duda, representará un aporte para la provincia y el país”, señala a PULSO el máximo ejecutivo de la empresa forestal.

Cada vez más cerca de Fibria
La planta, que estará operativa el segundo trimestre de 2021, permitirá a la forestal dar un salto importante en producción de celulosa, agregando 1.560.000 toneladas anuales del producto, totalizando así 2,1 millones de toneladas en todo el complejo. El aporte representa un 40% de toda la capacidad productiva que hoy tiene Arauco.

A nivel corporativo, la compañía pasará a producir 5,2 millones de toneladas de celulosa, lo que la consolidará como la segunda mayor productora de celulosa del mundo, cerca de su principal rival, la brasileña Fibria-Suzano.

El mercado financiero destacó el peso que tiene este proyecto en términos de requerimientos financieros. De hecho, Banchile cifra en 11% de la capitalización bursátil de todo el grupo Copec el costo del proyecto.

“Somos una empresa global, evaluamos constantemente proyectos en distintos lugares del mundo, pero siempre mantenemos un compromiso con Chile y su desarrollo. Hoy, este es el proyecto más importante para la compañía y buscaremos hacerlo con responsabilidad y compromiso para ampliar y modernizar una planta que data de los años 70, y que además, nos permitirá aportar al empleo y dinamizar el desarrollo y la economía local”, indica el ejecutivo.

Según Domeyko, la decisión de comenzar la construcción del proyecto es el resultado de un proceso que lleva varios años de trabajo, tanto en sus aspectos técnicos, como sociales, ambientales y normativos. “Tiene especial significación hacer esta inversión en una comuna con la que nos une una larga y estrecha relación, y en donde nacimos como empresa”, agrega.

Aporte local
Para el ejecutivo de impacto social que generará la iniciativa es relevante. De hecho, el mensaje que se ha buscado transmitir tanto a sus trabajadores como a la comunidad es el aporte al desarrollo local y nacional que generará el proyecto, más que lo que significará para sus ventas y Ebitda.

Por ello, sus ejecutivos realizaron una actividad en la planta Horcones con sus trabajadores para anunciar la decisión de ejecutar la inversión. Esto, cuenta el ejecutivo, es señal de un cambio radical en que la empresa ejecuta sus proyectos, dejando atrás episodios traumáticos como lo ocurrido con la Planta Valdivia o Licancel, hace más de una década.

Domeyko asegura que durante los 30 meses de construcción se estima que se generará un promedio de 5.000 empleos con un máximo de 8.000. Eso, sin contar los puestos de trabajo en operación. “Una vez que se inicie la operación de la nueva línea de producción se requerirá, considerando empleo directo e indirecto, más de 1.000 colaboradores”, indica.

“Es muy importante destacar que no solo se trata de más empleos, sino que de mejores empleos. Por eso, estamos desarrollando un fuerte plan de capacitación que nos permitirá priorizar el empleo local”, complementa el ejecutivo.

Otro aspecto en que la compañía puso mucha atención es la comunidad. El foco, desde el diseño de la iniciativa, fue que Mapa representara un real aporte al territorio. “Creemos que un aporte fundamental será en el ámbito del empleo local y de la dinamización de las economías locales y de la Región del Biobío”, rescata Domeyko, quien añade que, en ese contexto, se buscó diseñar una solución que aporte inversiones en tecnología, infraestructura y desarrollo local.

Todo esto fue analizado en forma conjunta con las comunidades cercanas, señala, en el marco de la participación que considera el trámite ambiental. “Desde un comienzo, este proyecto impulsó un amplio programa de inversiones en tecnología, infraestructura y desarrollo local. Asimismo, se implementó un extenso proceso de participación ciudadana. Lo anterior permitió definir una serie de líneas de trabajo que actualmente estamos ejecutando y que van en directo beneficio de las comunidades”, cuenta el vicepresidente ejecutivo de la firma forestal.

Entre estas iniciativas, que a la vez permitieron que Arauco consiguiera la tan esquiva licencia social para Mapa, destacan la construcción del Campus Arauco (Centro de formación Dual en conjunto con Duoc UC), el Centro Cultural de Arauco, programas de equipamiento e infraestructura asociados al proceso de Consulta Indígena, Programa de Estudios Ecosistémicos del Golfo de Arauco (Prega), el Plan de Vivienda de Arauco, con más de 1.800 viviendas construidas a la fecha y un programa que permitirá construir 9.000 viviendas en total.

“Son múltiples las iniciativas comunitarias acordadas con la comunidad y el trabajo de la Fundación Educacional Arauco que ha venido desarrollando por años en más de 550 escuelas en 30 comunas del país”, enfatiza Matías Domeyko.

Valor de la inversión
Pero todo esto no significa que el proyecto forestal no contribuirá a mejorar significativamente los números de la compañía. Según un reporte de Banchile Inversiones, a propósito de la decisión del directorio de Arauco, el Ebitda que generará la unidad, una vez que esté operativa, estaría en torno a los US$ 280 millones, equivalente al 9% anual de todo el grupo Copec proyectado para este año. Esto, considerando un precio para la celulosa de alrededor de US$ 730 por tonelada, cifra que está en el rango moderado de las estimaciones del precio de este commoditie para los próximos años.

“Este es un proyecto de enorme relevancia para el país y la Región del Biobío, que permitirá modernizar y aumentar la eficiencia productiva de nuestras instalaciones. A su vez, permitirá ampliar nuestra oferta para atender las necesidades de los clientes en el mundo, ya que aumentaremos nuestra capacidad productiva de celulosa a 5,2 millones de toneladas anuales”, destaca Domeyko.

Por otro lado, dice el ejecutivo, la ampliación de la planta les permitirá continuar generando energía limpia y renovable, gracias a la construcción de un sistema de cogeneración eléctrica a partir de biomasa forestal. “Con esto, además de autoabastecer de energía limpia a la planta, se producirá un excedente de aproximadamente 166 MW que será entregado al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), a través de una Línea de Transmisión Eléctrica, cuya construcción también es parte del proyecto”, agrega.

Por otro lado, la compañía también está invirtiendo casi US$ 200 millones en la transformación de la actual planta de celulosa en Valdivia a pulpa textil.

Potenciar el negocio renovable
Otro foco en el que está avanzando la forestal es el desarrollo de proyectos eléctricos, el que inicialmente partió con el objetivo de autoabastecer sus plantas con la quema de los desechos forestales, llamado biomasa -proceso reconocido como Energía Renovable No Convencional (ERNC)-, pero que con los años se ha convertido en una interesante alternativa de negocio.

En esa línea, la compañía hace una semana anunció el desarrollo del proyecto eólico Parque Viento Sur, que implicará una inversión de US$ 300 millones para inyectar 180 MW al sistema.

“La generación de energía limpia es parte de nuestra esencia. El Parque Eólico Viento Sur busca contribuir directamente a la generación de energía eléctrica limpia que aporta en la diversificación de la matriz energética del país”, explica.

El nuevo parque, que tendría una generación equivalente al consumo de 540 mil hogares, ya inició el proceso de Participación Ciudadana Anticipada y se espera que su Estudio de Impacto Ambiental (EIA) esté listo para ingresarlo al Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental durante este 2018, anticipa el ejecutivo.

“Hoy contamos con dos importantes proyectos. Uno asociado a Mapa, con generación por biomasa, y el segundo, con Parque Eólico Viento Sur. En la medida en que aparezcan nuevas oportunidades las evaluaremos, para así aportar al incremento en la participación de las ERNC en la matriz energética del país”, concluye Matías Domeyko.

MSN - ESPAÑA - 29 julio 2018